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Carlos Pajuelo

Pajuelo: la chispa

LA EVOLUCIÓN DEL WC

LA EVOLUCIÓN DEL WC

         Hay revoluciones que no aparecen en la lista de enfrentamientos entre países, que se deslizan en silencio y que corren paralelas a nuestro supuesto desarrollo.

         Me refiero al como se ha pasado del W·C bizarro de hace algunas décadas- cuando había WC, que no todo el mundo disponía de ese sistema de evacuación digamos moderno- a los inodoros de hoy.

         El simple agujero con base de obra y la silueta solida y en relieve de dos sendos pies con una suerte de rayas que imitaban las del calzado, para darle seguridad al que iba allí dirigido por un sendo apretón, era universal en el solar patrio.; era de ver la capacidad flexible del usuario, la determinación en el proceso de mantener los pantalones a buen recaudo para evitar salpicaduras molestas y difíciles de explicar y la entrega del citado, sujetando otros posibles bártulos y todo ello luchando al final con lograr la limpieza más perfecta; un asunto de campeones, una iniciación al deporte olímpico.

         Esa instalación ha ido evolucionando de tal suerte que hoy al baño se le llama sala de baño- aunque acepto que todavía quedan espacios donde la revolución es más lenta.

         Ha llegado a mis oídos que ya por aquí, en la Patria, se ofrecen WCs que llevan incorporados unos chorritos alternativos de agua y aire con lo que el trasero del usuario queda como un pincel y todo sin el uso de las manos, lo que le añade cierta asepsia a la natural función deponedora . Hablan de que es más digno, ignorando que la dignidad no se mide por el número y calidad de las deposiciones.

         Han venido hasta aquí, pero antes estaban en el país del Sol naciente.

         Me lo habían contado algunas gentes que habían ido al Japón y habían sufrido la aventura de lo iniciático, con algunas dificultades al principio, pero a todo, se ve, se acostumbra uno.

         De momento mientras tengamos agua y la cisterna funcione, va bien, aunque, el paso es importante para la Humanidad. No digo que sea como el de la Luna Y lo del pequeño paso y un gran paso para la Humanidad…pero hombre algo es algo.

         Al margen de las funciones más modernas y futuristas están los materiales y nos hemos enterado estos días que al parecer la esposa del Sr. Trump había solicitado a un museo el que le dejaran un Van Gogh para adornar su habitación y se lo han negado y le han ofrecido, como compensación artística, una pieza única, un wc …de oro. La han mandado a ca…sobre oro. Una sutil invitación.

         ¿Es una descortesía, una ofensa, una forma de evidenciar el rechazo político?

         Las posaderas de la Presidenta y/o Presidente aterrizarían sobre 18 quilates, ya usados por cierto; las colas para su uso llegan a ser importantes en el Museo y supongo que un revisor de WECs carísimos cuidará de que no se lleven ninguna raspadura.

         Finalmente la Casa Blanca ha desestimado la oferta y yo desconozco los pensamientos de sus inquilinos.

         Un asunto delicado que debería ocupar a esos que se llaman politólogos.

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Por Carlos Pajuelo

Sobre el autor

Profesor emérito Universidad, escritor , publicitario y periodista. Bastante respetuoso con los otros. Noto la muy mayoría de edad física. Siempre me acuerdo de aquello de "las horas hieren y la última mata" y para aquel que trate de averiguar que significa esto ; cada uno que crea y piense lo que quiera


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