Libros que se han convertido en películas míticas (y II)
Escena de 'Blade runner'.
Gran número de las películas están basadas en alguna obra literaria. A veces relatos menores han dado lugar a obras maestras del cine. En otras ocasiones la adaptación de algunos relatos inmortales ha sido un fiasco cinematográfico. La interacción entre literatura y cine ha sido continua desde los inicios. En cambio, pocas películas han dado lugar a grandes obras literarias, salvo como contadas excepciones, como ‘El tercer hombre‘ (1949).
La adaptación de ‘Las uvas de la ira‘ (1940) de John Steinbeck dio a John Ford su segundo Oscar como director. Ford demuestra una vez más que era un gran director de actores. Con un estlo sobrio, sin ostentaciones, consigue unas interpretaciones magníficas, especialmente en escenas como en la que Dorris Bowdon da a luz o en la llegada de la familia Joad a un campo de inmigrantes en Arizona. La primera colaboración del director de fotografía Gregg Toland, uno de los mejores de la historia, con Ford permite intensificar la fuerza dramática con escenas fotografiadas únicamente con luz natural. Y, como no, aparecen los temas preferidos por Ford: la redención, el sacrificio individual en pro del bien común, el héroe común, la solidariad… La siguiente escena tiene ahora especial actualidad.
‘Blade Runner‘ (1982) se ha convertido en una de las cintas imprescindibles de Ridley Scott. Basada en la novela de Philip K. Dick ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?‘, Scott consigue crea un ambiente hipnótico y opresivo en una megalópolis del futuro. Como en gran parte de sus películas opta por una cuidada ambientación en detrimento de otras partes de la producción como la tensión narrativa o la intensidad dramática. La voz en off, la indumentaria y las características del personaje interpretado por Harrison Ford recuerdan en parte a una producción del cine negro clásico, incluida la ‘mujer fatal’, en este caso interpretada sin mucho acierto por Sean Young. En el caso de los actores, Rutger Hauer hace el mejor trabajo de su carrera. La escena final es ya un icono.
Pocos pensaban que de un pequeño relato de Stephen King como ‘Rita Hayworth y la redención de Shawshank‘, tan alejado del género por el que es conocido, incluido en el libro ‘Las cuatro estaciones‘ darían lugar a una película de la calidad de ‘Cadena perpetua‘ (1994), primer film como director de Frank Darabont. El encarcelamiento durante 20 años de un hombre por un crimen que no cometió sirve a Darabont para hacer un canto a la esperanza. El guión cuida con esmero la evolución de los personajes, especialmente el de los dos protagonistas: Andy Dufresne (magistralmente interpretado por Tim Robbins), que en cierto modo evoca a Atticus Finch de ‘Matar a un ruiseñor‘, y Ellis Boy ‘Red’ Redding (sublime Morgan Freeman). La película defiende también que la verdadera libertad se encuentra en el interior, tal y como expresa perfectamente la escena del tocadiscos.
Juan Tejero ha incluido ‘Apocalypse Now‘ (1979) en su obra ‘Este rodaje es la guerra‘. La adaptación libre de ‘El corazón de las tinieblas‘ de Joseph Conrad se ha convertido en un clásico y en uno de los mejores trabajos de Francis Ford Coppola. El rodaje fue una auténtica odisea. Un tifón destrozó el set de rodaje en Filipinas; Martin Sheen enfermó de malaria; Marlon Brando y Dennis Hooper no se podían ver por lo que tuvieron que rodarse las escenas sin que reunieran a lo que se unieron los problemas derivados de los devaneos de ambos con las drogas; el rodaje duró tres años y estuvo a punto de arruinar a Coppola. Pero el resultado es una de las mejores películas bélicas de la historia. Retrata como pocas como la guerra convierte al hombre en un monstruo. Insuperable la ambientación que adquiere tintes oníricos y que representa a la perfección el camino interior que experimentan los dos personajes principales. La película esta llena de escenas soberbias como el ataque inicial sonando ‘The End‘ de The Doors, la llegada de los helicópteros al son de la Cabalgata de las Walkirias, el final, la llegada al refugio de Kurtz…
La versión de William Wyler de Ben-Hur (1959), la novela de Lewis Wallace, es una de las películas más laureadas de la historia con 11 Oscar, incluidos mejor película, director y actor. La película es una auténtica superproducción llena de escenas espectaculares, rodado en tono épico, con un ritmo trepidante y unos actores que bordan sus actuaciones. Pero al mismo tiempo Wyler no descuida el lado más intimista y personal de la historia logrando un perfecto equilibrio entre los dos extremos. Y todo ello bajo la batuta de uno de los directores más grandes de la historia. La carrera de cuádrigas y el tiempo que pasa el protagonista en las galeras son escenas especialmente cuidadas.
El debutante Joe Wright dirigió una nueva adaptación de la novela de Jean Austen ‘Orgullo y prejuicio‘ (2005). Wright la dirige con sobriedad, resaltando con acierto el humor que aparece en la novela y que no se suele aparecer en todas las versiones, con un uso frecuente de los planos secuencia con travellings entre personajes y suaves desplazamientos de la cámara. Además, consigue que la película mantenga en vilo hasta el mismo final con un gran dominio del tiempo narrativo. Como es lo habitual en este tipo de producciones la ambientación está muy cuidada. Keira Knightley interpreta con acierto a Elizabeth Bennett a la que dota de un fino sentido del humor y muestra con sutileza que es la más inteligente de las hermanas Bennet. En definitiva, una digna producción para una de las obras maestras de la literatura inglesa.Espectacular el tet a tet entre Judi Dench y Keira Knightley en la siguiente escena.
‘Desayuno con diamantes‘ (1961) está basada en una novela del mismo título de Truman Capote. Pero mientras la obra de Capote es cruda, con pasajes duros, la película que dirigió Blake Edwards es una deliciosa comedia romántica con una música y varias escenas que han quedado en el imaginario común. Audrey Hepburn da vida a la alocada Holly, la chica que vive en el mismo edificio que Paul, un escritor sin éxito que en realidad se gana la vida como acompañante de una mujer rica y mayor. La interpretación de Hepburn pasará a la historia; parece que el personaje sea haya hecho para ella. La escena en la que canta ‘Moonriver‘ ha superado las barreras del tiempo.
No podía faltar en este elenco una obra de uno de los mejores guionistas de la historia del cine. Perdición (1944), escrita por Billy Wilder y Charles Brackett, es una adaptación de ‘Pacto de Sangre‘ de James M. Cain. Dirigida también por Wilder es una de las cumbres del cine negro. Pocas veces se ha podido ver a una mujer fatal como Barbara Stanwyck y una historia donde se combinan las pasiones más bajas con la sordidez más profunda. Una obra maestra que marcó un antes y un después en el género.
Este año se cumple el cincuenta aniversario del estreno de ‘Doctor Zhivago‘ (1965), la magistral película de David Lean basada en el nobel ruso Boris Pasternak. Un melodrama que dio a conocer a Julie Christie con su espectacular interpretación de Lara. Los años parecen no haber pasado para ella. Ambientada en plena revolución rusa, Lean logra contar una historia de amor que está por encima de tiempo y espacio. En parte fue rodada en España: la estación de las Delicias se convirtió en la de Moscú y la estepa rusa se trasladó a a Soria. La fuerza dramática de la siguiente escena es sólo un ejemplo de los tesoros que esconde la película.
Cormac McCarthy ha visto como varias de sus obras se han llevado al cine. Pero probablemente sea ‘No es país para viejos‘ (2007) de Joel y Ethan Coen la más conseguida. La historia de un viejo sheriff, brillante Tommy Lee Jones, al que una serie de violentos asesinatos le hace replantearse el sentido de su vida y se convierte en una reflexión sobre la naturaleza humana. La película reúne puntos característicos de los Coen como el tono crepuscular, los ambientes cerrados, casi opresivos, las situaciones que se escapan al control y derivan en una violencia cruda, despiadada. Javier Bardem se llevó un Oscar plenamente justificado por convertir en un monstruo a un asesino a sueldo.